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Consejos para preparar tu visita en cualquier época del año

Durante el invierno, las temperaturas pueden descender considerablemente, especialmente por las noches, y no es raro que las cumbres cercanas se cubran de nieve. Incluso en el pueblo, es posible disfrutar de algún día nevado, lo que añade un toque mágico al paisaje pero también requiere estar preparado con ropa abrigada y calzado adecuado. Además, en esta época del año, es común que se produzcan ciclos de varios días lluviosos seguidos, que pueden transformar el entorno en un paisaje verde y exuberante. Si visitas nuestra zona en esta época, te recomendamos llevar prendas térmicas, impermeables y estar atento a las previsiones meteorológicas para disfrutar al máximo de tu estancia.

Por otro lado, en verano, aunque las noches suelen ser frescas y agradables, el día puede traer consigo olas de calor extremo, con temperaturas que en ocasiones superan los 35°C. Es fundamental protegerse del sol, mantenerse hidratado y planificar las actividades al aire libre para las primeras horas de la mañana o el atardecer, cuando el calor es menos intenso. Además, nuestra ubicación en las montañas nos permite disfrutar de brisas frescas que alivian el calor, pero no hay que subestimar la fuerza del sol andaluz. Aunque la lluvia es menos frecuente en verano, no es imposible que se produzcan chubascos ocasionales, especialmente en forma de tormentas breves pero intensas.